EL NACIMIENTO DEL ESPIRITISMO
¿Que ocurre cuando morimos? Después de la descomposición de nuestro cuerpo se acaba nuestra historia, nuestras vivencias. No queda nada.... ¿O sí?
Y si una parte de nosotros, mas sutil, casi imperceptible, siguiera perviviendo. Una energía sutil, alma o como queramos llamarle, siguiera funcionando en este mundo o en otro plano paralelo.
El Espíritu. La energía restante que movía nuestro cuerpo. Capaz de sentirnos y sentirla.
Capaz de actuar susurrando a nuestro subconsciente.
Fantasía? Abono para literatura de fantasmas y pura ficción?
Abandonemos la idea macabra del terror o el escalofrío y veamos lo como algo natural propio de nuestro ciclo vital. O mejor, espiritual.
Veamos un ejemplo con la historia real que dio lugar a la corriente del ESPIRITISMO.
EL CASO DE LAS HERMANAS FOX
Esta historia ocurrió en el año 1848 en el pueblo de Hydesville en Nueva York. Allí vivía una familia de granjeros, la familia Fox, de religión metodista, con sus dos hijas pequeñas, Margareth, de 11 años y Kate de 7. Habían alquilado la casa en diciembre del 1947 y al poco tiempo comenzaron a oír ruidos. Otros inquilinos anteriores también los habían oído. Era como si alguien llamara a la puerta golpeándola, pero no había nadie. Los ruidos inexplicables aumentaron. La noche del 31 de marzo de 1848, empezaron a oírse mucho más fuerte.
Tanto que el padre subió a la parte superior de la casa donde estaba la alcoba de sus dos hijas para aclarar que era lo que estaba ocurriendo. pensando, quizás en un juego de las niñas.
Así lo narra Sir Arthur Conan Doyle en su obra EL ESPIRITISMO:
La noche del viernes, 31 de marzo de 1848, habíamos decidido acostarnos más temprano y no consentir que se nos molestara con ruidos haciendo todo lo posible por dormir en paz. Pero aún no se había acostado mi marido, cuando empezaron a oírse los estrépitos, que aquella noche sonaban de modo distinto. Las niñas, que dormían en una cama instalada arriba de nuestra alcoba, oyeron los golpes, y probaron a imitarlos golpeando con los dedos.
La menor, Kate, decía: «Señor desconocido, haga usted lo que yo hago», y daba golpecitos con los dedos. Inmediatamente contestaba el mismo número de golpes. Luego Margarita ante los asombrados padres, dijo un poco como de burla: «Ahora haga lo mismo que yo: cuente uno, dos, tres, cuatro»; los ruidos contestaron como antes. La niña se quedó aterrada.
Entonces pensé en hacer una prueba cuyo resultado ninguno pudiéramos poner en duda. Pregunté al de los ruidos que me indicara con golpes y de una manera sucesiva, la edad de cada uno de mis hijos; instantáneamente me dio esa edad, parándose lo suficiente entre la de uno y otro para que yo pudiera contar hasta el número de siete. Siguió a esto una pausa más larga, y luego una serie de tres golpes fuertes correspondientes a la edad de un hijo fallecido, y que era el más pequeño de todos.
La importancia de este fenómeno radica precisamente en el diálogo que la familia Fox estableció con la fuente de los ruidos extraños. Fueron capaces de dar un paso más y de establecer un código para comunicarse y, a través de preguntas y respuestas, establecer un canal de comunicación.
La menor, Kate, decía: «Señor desconocido, haga usted lo que yo hago», y daba golpecitos con los dedos. Inmediatamente contestaba el mismo número de golpes. Luego Margarita ante los asombrados padres, dijo un poco como de burla: «Ahora haga lo mismo que yo: cuente uno, dos, tres, cuatro»; los ruidos contestaron como antes. La niña se quedó aterrada.
Entonces pensé en hacer una prueba cuyo resultado ninguno pudiéramos poner en duda. Pregunté al de los ruidos que me indicara con golpes y de una manera sucesiva, la edad de cada uno de mis hijos; instantáneamente me dio esa edad, parándose lo suficiente entre la de uno y otro para que yo pudiera contar hasta el número de siete. Siguió a esto una pausa más larga, y luego una serie de tres golpes fuertes correspondientes a la edad de un hijo fallecido, y que era el más pequeño de todos.
La importancia de este fenómeno radica precisamente en el diálogo que la familia Fox estableció con la fuente de los ruidos extraños. Fueron capaces de dar un paso más y de establecer un código para comunicarse y, a través de preguntas y respuestas, establecer un canal de comunicación.
Ese código utilizado aún hoy día por muchos espiritistas era un golpe = SI. Dos golpes= NO.
Esos ruidos extraños se convierten en ruidos generados por una inteligencia, porque responden exactamente a las preguntas. Hay algo inteligente respondiendo a las preguntas de la señora Fox a través de esos ruidos. El testimonio de la señora Fox continúa y podemos ver cómo a través de este método pudieron averiguar qué había detrás de esos ruidos:
Luego pregunté: ¿Es un ser humano quien contesta a mis preguntas? A esto no respondió ningún golpe. Volví a decir: Si es un espíritu, que dé dos golpes. Inmediatamente resonaron los dos golpes. A continuación indiqué: Si se trata de un ser humano que fue herido, que dé dos golpes. Estos se oyeron en seguida tan fuerte que la casa tembló. Continué preguntando: ¿Fue usted herido en esta casa? La contestación fue la misma que antes. ¿Vive la persona que le agredió? Contestación por medio de golpes, como antes. Por tal procedimiento descubrí que había sido muerto en mi misma casa; que era un hombre de treinta y un años; y que sus restos habían sido enterrados en la cueva; que su familia se componía de la mujer y cinco hijos, dos varones y dos hembras, todos los cuales vivían en el momento de ser asesinado, y que la esposa había fallecido después. Finalmente, le pregunté: ¿Continuará usted golpeando si llamo a mis vecinos para que puedan también oírle? Los golpes contestaron con fuerza en señal afirmativa.
Mi esposo salió a buscar a la vecina de al lado, que es la señora Redfield.
Vemos aquí que por medio del código a través de golpes, ese algo inteligente que es capaz de contestar se identifica a sí mismo como un espíritu, y da las señas de quién había sido.
Hice algunas preguntas en nombre de mi vecina y obtuve contestaciones por el procedimiento anterior, diciéndonos su edad exactamente. La señora llamó a su marido, ante quien formulamos las mismas preguntas, obteniendo las mismas contestaciones.
Entonces el señor Redfield salió en busca del señor Duesler, de su mujer y de otras varias personas. A su vez Duesler llamó a los matrimonios Hyde y Jewell. Duesler hizo varias preguntas inmediatamente seguidas de las correspondientes respuestas. Luego hice yo venir a cuantos vecinos pude, y pregunté al espíritu si alguno de ellos había sido el agresor, pero no obtuve contestación. Duesler preguntó: «¿Fue usted asesinado?» Los golpes fueron afirmativos. (…)De la misma manera Duesler logró enterarse de que el desconocido fue asesinado en la habitación situada al este de la casa, hacía unos cinco años (…).
Algunos vecinos más que estaban cerca, fueron llamados como testigos, y todos pudieron oír las preguntas y respuestas. Varios permanecieron en mi casa toda la noche. Yo salí con mis hijas. Al día siguiente, sábado, la casa se nos llenó de gente. No se habían oído ruidos durante el día, pero desde el anochecer comenzaron de nuevo. Estaban presentes más de trescientas personas.
Esos ruidos extraños se convierten en ruidos generados por una inteligencia, porque responden exactamente a las preguntas. Hay algo inteligente respondiendo a las preguntas de la señora Fox a través de esos ruidos. El testimonio de la señora Fox continúa y podemos ver cómo a través de este método pudieron averiguar qué había detrás de esos ruidos:
Luego pregunté: ¿Es un ser humano quien contesta a mis preguntas? A esto no respondió ningún golpe. Volví a decir: Si es un espíritu, que dé dos golpes. Inmediatamente resonaron los dos golpes. A continuación indiqué: Si se trata de un ser humano que fue herido, que dé dos golpes. Estos se oyeron en seguida tan fuerte que la casa tembló. Continué preguntando: ¿Fue usted herido en esta casa? La contestación fue la misma que antes. ¿Vive la persona que le agredió? Contestación por medio de golpes, como antes. Por tal procedimiento descubrí que había sido muerto en mi misma casa; que era un hombre de treinta y un años; y que sus restos habían sido enterrados en la cueva; que su familia se componía de la mujer y cinco hijos, dos varones y dos hembras, todos los cuales vivían en el momento de ser asesinado, y que la esposa había fallecido después. Finalmente, le pregunté: ¿Continuará usted golpeando si llamo a mis vecinos para que puedan también oírle? Los golpes contestaron con fuerza en señal afirmativa.
Mi esposo salió a buscar a la vecina de al lado, que es la señora Redfield.
Vemos aquí que por medio del código a través de golpes, ese algo inteligente que es capaz de contestar se identifica a sí mismo como un espíritu, y da las señas de quién había sido.
Hice algunas preguntas en nombre de mi vecina y obtuve contestaciones por el procedimiento anterior, diciéndonos su edad exactamente. La señora llamó a su marido, ante quien formulamos las mismas preguntas, obteniendo las mismas contestaciones.
Entonces el señor Redfield salió en busca del señor Duesler, de su mujer y de otras varias personas. A su vez Duesler llamó a los matrimonios Hyde y Jewell. Duesler hizo varias preguntas inmediatamente seguidas de las correspondientes respuestas. Luego hice yo venir a cuantos vecinos pude, y pregunté al espíritu si alguno de ellos había sido el agresor, pero no obtuve contestación. Duesler preguntó: «¿Fue usted asesinado?» Los golpes fueron afirmativos. (…)De la misma manera Duesler logró enterarse de que el desconocido fue asesinado en la habitación situada al este de la casa, hacía unos cinco años (…).
Algunos vecinos más que estaban cerca, fueron llamados como testigos, y todos pudieron oír las preguntas y respuestas. Varios permanecieron en mi casa toda la noche. Yo salí con mis hijas. Al día siguiente, sábado, la casa se nos llenó de gente. No se habían oído ruidos durante el día, pero desde el anochecer comenzaron de nuevo. Estaban presentes más de trescientas personas.
Margaret y John Fox padres de las niñas
Al principio vecinos y luego curiosos, mucha gente se acercaba a la cabaña para ver qué ocurría. Estos fenómenos llamaron la atención del público, incluso de la prensa. Esta es otra de las claves que convierten a este fenómeno en el punto de partida de un nuevo movimiento de espiritualidad. Mucha gente se interesó en estudiar y en profundizar en el origen y significado de estos hechos.
La cabaña de los Fox. Destruida más tarde por un incendio.
Fue reconstruida años después en forma de casa museo.
Con una placa conmemorativa a la entreda, recuerda lo ocurrido.
Los vecinos crearon un Comité de investigación, con el señor Duesler como presidente. Recogieron testimonios de las personas que presenciaron los fenómenos y publicaron un folleto un mes después titulado, «Relación de los misteriosos ruidos oídos en la casa de John D. Fox», publicado en Canandaigua, en Nueva York. Es muy interesante ver cómo se genera un grupo de estudios que sin prejuicios y con seriedad, decide investigar qué es lo que ocurre y después darle publicidad, con el fin de que la gente conozca qué es lo que ha pasado. Muchas personas se entregaron al estudio de este tipo de fenómenos.
Cuatro meses después, Isaac Post creó un sistema de comunicación a través de un alfabeto. A cada letra le correspondían un número de golpes. Con lo que las comunicaciones serían más fáciles y se continuó profundizando en las investigaciones.
Cuatro meses después, Isaac Post creó un sistema de comunicación a través de un alfabeto. A cada letra le correspondían un número de golpes. Con lo que las comunicaciones serían más fáciles y se continuó profundizando en las investigaciones.
LAS HERMANAS FOX
leah, a la izquierda, Kate, en el centro y Magaret, a la derecha.
Se realizaron excavaciones en la casa para intentar encontrar el cuerpo del vendedor. Las primeras veces tuvo que pararse porque se encontraba agua y tuvieron que pararse hasta el verano. A una profundidad de cinco pies encontraron una tabla, y descubrieron alquitrán, cal y finalmente, cabellos y algunos huesos humanos, según el testimonio pericial de los médicos. Cincuenta y cinco años más tarde unos niños hacen un nuevo descubrimiento, que no dejaba la menor duda de que realmente alguien había sido enterrado en la casa de los Fox. Al parecer el cuerpo había sido enterrado en cal viva en el centro del sótano y luego trasladado entre dos muros exteriores de la casa. En La historia del espiritismo se recoge la noticia que se publicó en el Boston Journal (periódico que no era espiritista) el 23 de noviembre de 1904:
Han sido encontrados en la casa que fue de las hermanas Fox en 1848, restos del hombre que se supuso fue la causa de los ruidos que se oyeron por vez primera en la citada casa, viniendo este hallazgo a desvanecer las últimas sombras de duda que pudieran abrigarse sobre la veracidad de ambas hermanas en cuanto al descubrimiento de la comunicación espiritista.
Las hermanas Fox declararon que habían establecido comunicación con el espíritu de un hombre, el cual les dijo ser un buhonero y haber sido asesinado y enterrado en el sótano de la vivienda. Repetidas excavaciones llevadas a cabo para hallar el cadáver, dieron un resultado incompleto, por lo que no pudo obtenerse la prueba concluyente de aquellos relatos.
El nuevo descubrimiento y la buscada confirmación lo han realizado unos escolares que jugaban en la cueva de la casa de Hydesville, donde las hermanas Fox habían oído los extraños ruidos.
Las hermanas Fox comenzaron a dar sesiones públicas donde demostraban sus capacidades para la comunicación con el otro plano y donde se oían golpes y ruidos sin explicación. Arthur Conan Doyle nos habla de la historia de las dos hermanas:
La señora Fox y sus hijas dieron sesiones públicas en Nueva York, en la primavera de 1850, en el Hotel Barnum, atrayendo multitud de curiosos. La prensa estuvo casi unánime en combatirles. Durante algunos años las dos jóvenes hermanas, Kate y Margarita, dieron sesiones en Nueva York y en otras ciudades, saliendo siempre triunfantes de todas las pruebas a las cuales fueron sometidas.(…)
En el año 1871, más de veinte después de tan agotador trabajo, vemos todavía a dichas hermanas recibiendo el apoyo y la admiración entusiasta de no pocos hombres y mujeres prominentes en aquella época. Tan sólo cuarenta años después de públicas exhibiciones, comenzó a manifestarse en la vida de las hermanas una situación penosa.
Pero sin discutir aquí las causas de su decadencia, sostenemos rotundamente que las malandanzas a que se entregaron en los últimos tiempos, de ninguna manera justifican la afirmación de quienes pretenden que la mediunidad es una profesión que arruina moralmente al individuo.
Las hermanas sufrieron muchas acusaciones de ser impostoras y tuvieron unas vidas difíciles. Aunque se crearon muchas dudas sobre sus capacidades, y sus vidas personales tuvieron un final triste, lo importante es cómo los primeros fenómenos en su casa en Hydesville, cuando aún eran unas niñas, abrieron un nuevo camino para la espiritualidad.
Este articulo se corresponde con el programa de Area Restringida de pinfm.com. del 17/01/2.013
Hasta la próxima. ¡ Salud¡