Noviembre 13, 2007: Algo extraño está ocurriendo en la atmósfera sobre África y los investigadores se han reunido en Addis Abeba, Etiopía, para discutir el fenómeno.
El Taller sobre Clima Espacial de África (Africa Space Weather Workshop) se inauguró
el 12 de noviembre con la participación de alrededor de 100 científicos y estudiantes.
El extraño fenómeno que reúne a todas estas personas se denomina penacho de iones
—"una forma recién descubierta de clima espacial", dice el científico atmosférico
Tim Fuller-Rowell, de la Universidad de Colorado, co-organizador del taller.
Los investigadores comparan los penachos con el humo que sale de la chimenea de una
fábrica —excepto que en vez de estar compuestos por polvo y cenizas comunes,
los penachos de iones están hechos de gas electrificado, el cual flota a una altura tan
grande por encima del suelo que entra en contacto con el espacio mismo.
"Los penachos aparecen durante las tormentas geomagnéticas y pueden interferir con
las transmisiones de los satélites, con la navegación aérea y con las radiocomunicaciones",
dice Fuller-Rowell. De hecho, es su efecto sobre las señales del GPS (Sistema de
Posicionamiento Global, en idioma español) lo que llevó al descubrimiento de los
penachos sobre Norteamérica hace apenas algunos años
nube de gas magnetizado —una eyección de masa coronal (EMC)— hacia la Tierra.
El penacho se formó cuando la EMC golpeó la atmósfera de la Tierra, generando una
poderosa tormenta geomagnética. El penacho estaba formado por aire ionizado a una gran
altitud, que se trasladaba desde Florida hasta Canadá a una velocidad de 1 km/s (2200 millas
por hora).
"Bien, ahora vimos el ‘humo’, pero ¿dónde está la chimenea?", se pregunta Fuller-Rowell.
La búsqueda está llevando a los investigadores hacia África.
"Muchos creen que la fuente de los penachos está cerca del ecuador magnético de la Tierra",
explica el heliofísico de la NASA Lika Guhathakurta, quien asiste al taller. "África es un gran
lugar para verificar estas posibilidades porque el ecuador magnético pasa directamente
sobre el sub-Sahara".
dice Fuller-Rowell. El sensor preferido es un receptor del GPS de frecuencia dual.
"En Norteamérica abundan los receptores del GPS de frecuencia dual —miles de ellos están
en red y los usamos para monitorear penachos en esta área. Pero África tiene apenas algunas
docenas de estos receptores".
El principal objetivo del taller es familiarizar a los científicos espaciales africanos con el fenómeno
de los penachos y crear los cimientos para lograr una red continental de detectores del GPS.
"Dentro de unos pocos años esperamos desplegar cientos de receptores", afirma el investigador.
Los penachos de iones habitan una capa de la atmósfera terrestre llamada "ionosfera".
Es una región muy extensa que abarca alturas desde 85 hasta 600 km por encima del suelo,
donde la radiación ultravioleta del Sol saca los electrones de los átomos y moléculas, creando
de ese modo una capa de gas ionizado, también llamado "plasma", el cual rodea todo el planeta.
Como lo han sabido los operadores aficionados de radio por más de 100 años, la ionosfera se
puede doblar, distorsionar, reflejar e incluso es capaz de absorber ondas de radio.
Los penachos amplifican estos efectos.
Por el momento, sólo Norteamérica tiene una ionosfera correctamente topografiada.
La NOAA publica imágenes cada 15 minutos en este portal. "Dentro de cinco años, a
partir de esta fecha", dice Fuller-Rowell, "esperamos estar haciendo mapas de la ionosfera
sobre África en tiempo real también".
Plasma incógnita, así es como se considera a África ahora (aunque no por mucho tiempo)